jueves, 19 de junio de 2014

De perros y vagabundos

Alguien le presta atención a los perros del linyera?, nadie?... Bueno, yo sí. En realidad a cualquier perro que veo le presto atención, pero en este caso voy a hablar de los perros del linyera, los perros de aquel vagabundo que todos ignoramos y que lamentablemente para muchos de nosotros se convirtieron en seres humanos invisibles de nuestra sociedad ya que la mayoría de nosotros parece no verlos o no quiere verlos.

Siempre me pregunté cómo hace el linyera para manejar a uno o diez perros sin correa y con tal precisión.
Cómo les enseñó a no cruzar la calle?. Sabe algo de adiestramiento canino el linyera?. Seguramente no y quizás tampoco sepa lo que es un refuerzo positivo o manejar la tolerancia a la frustración, y quizás tampoco tenga idea de como funcionan las distancias sociales entre los perros. Pero lo que si sabe, y es evidente, es cómo manejar a uno o varios perros.

Hace poco, en Capital Federal, falleció una persona que vivía en la calle, era muy conocido en el barrio porque no se separaba de sus perros, ni aún cuando estuvo enfermo. A la fuerza prácticamente lo tuvieron que llevar al hospital, si mal no recuerdo, lamentablemente falleció días después estando internado. Alguien le abrió las puertas de su casa a sus mejores amigos y hoy están muy bien felizmente.
Esta persona había despertado mucha ternura en el barrio ya que de lo poco que lograba conseguir en el día la mitad lo compartía con sus perros. Qué increíble no?, conseguir un plato de comida al día, seguramente fría, y darle la mitad a tu perro. Me quito el sombrero ante tanta nobleza.

El perro del linyera no tiene una cucha, tampoco una casa, no tiene ni siquiera un lugar propio. No sabe de juguetes, ni de hacer sus necesidades en el balcón o en el jardín. No sabe lo que es comer en un plato y tampoco sabe lo que es comer todos los días, menos aún comer más de una vez por día. En invierno sufre el frío y en verano la sombra vale oro. Muchos quizás no vieron nunca un veterinario y menos una vacuna.

Dicho todo esto, toca la pregunta de rigor... es feliz el perro que tiene el linyera?. Yo digo que si, pero antes de juzgarme déjenme explicarles mi punto de vista.

El linyera, o vagabundo, tiene que buscárselas todo el día para conseguir algo que le permita sobrevivir, mendigan, buscan sobras de comida en la basura, buscan refugio por las noches. Cuando llueve tratan de protegerse de alguna manera. En invierno buscan fuentes de calor o las hacen ellos mismos, se juntan y duermen juntos para padecer menos el frío, etc. Paréntesis aparte, es increíble que en el año 2014 hayan seres humanos padeciendo esto, pero este tema lo dejo para otro momento.
Los perros callejeros acaso no hacen lo mismo que el linyera, no buscan sobrevivir cotidianamente?. No buscan recursos de supervivencia?, por mas mínimo que sea, todo suma, todo es vital.

El tipo de vínculo que establecen estas personas con sus perros se basan en un principio tan elemental como primitivo, la obtención de recursos de supervivencia para el grupo. Funcionan como un grupo o manada si quieren usar ese término, no hay individualidades radicales, todo es por el grupo y para el grupo.
De nada sirve que uno sólo de esos perros coma y los otros no ya que luego ese perro, sin grupo, no podría conseguir otros recursos o beneficios para sobrevivir.
En este grupo, el humano, aporta lo suyo ya que puede hablar y pedir comida y es otra opción para conseguirla. También puede acceder a lugares donde al perro le resulte difícil o imposible y viceversa.

Este vínculo hace que esos perros entiendan con un simple silbido o gesto una tarea que para otro perro puede resultar algo muy complejo de descifrar. Los límites que establecen son muy claros y no hace falta estar repitiendo las cosas. El orden es muy preciso y claro para todos los integrantes del grupo. Todo esto porque de esa unidad que se forma depende la supervivencia.

Por otro lado, tanto humanos como perros, somos sociales y necesitamos vivir en un conjunto, nadie puede vivir bien estando solo, me refiero a completamente solo. Perros y humanos tenemos esto en común, necesitamos un grupo de pertenencia. El perro y el linyera quizás estén haciendo lo que hacían los humanos con los primeros perros hace unas decenas de miles de años. Y puede ser que, salvando las distancias, en estos perros podamos ver al verdadero perro en su esencia mas pura.

Pero usted me dirá:  "Pero cómo va a ser feliz ese pobre perro si no tiene ni techo ni comida?". Y si, desde ese punto de vista estoy de acuerdo. Pero entonces, por qué ese perro no abandona al vagabundo? por qué no se va solo a buscar comida?.

Seguramente ese perro sería mas feliz con una casa, una cucha, comida siempre... o no?. Quién lo puede afirmar?. Yo no conozco un perro de esos con problemas de agresión o de ansiedad. No veo perros de esos llorando si el linyera se aleja, ni mucho menos ladrando durante horas hasta su regreso. Se imaginan lo que tiene que soportar un perro que sufre de ansiedad por separación?. Seria algo parecido a vivir todo el día con ataques de pánico, como para graficarlo de algún modo. Se puede ser feliz así? teniendo incluso techo, comida, juguetes, cucha, mimos, atención, etc?.
El linyera no abandona a sus perros porque lo molestan o lo estorban

Entiendan que no estoy haciendo un juicio de valores, yo no soy quien para juzgar a alguien. Solamente trato de mostrar que la ''felicidad'' del perro no radica si vive en un Country o en un piso lujoso, no pasa por si come alimento premium o por si usted le da de comer jamón crudo, tampoco por si usted le compra juguetes o no.
La felicidad de un perro pasa por el tipo de vinculo que establece con quienes convive. Hay vínculos que son muy fuertes, a veces sanos y a veces no. Al perro le sirve el tipo de vinculo sano. No es más feliz si usted lo acaricia 4 horas al día. Con que lo acaricie en el momento justo para él es suficiente.
Más lo trate como perro y más feliz será. Y cuando digo tratarlo como perro, me refiero a todo lo que esto implica, con afecto, brindándole los cuidados que necesita, cumpliendo con sus necesidades, etc. Todo en la medida justa, sin excesos.

Lógicamente nadie quisiera ver perros viviendo en la calle pasando hambre y frío. Pero no crean que sus perros por tener de todo son más felices que los perros del linyera.

www.adiestramientocaninoselva.com





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